Tras leer, formarme, informarme, pararme a pensar creo y,
estoy convencida, de que cambiar la escuela es posible. Podríamos definir
“escuela” como el resultado de la suma de juego + estudio + trabajo
manual. Deberíamos partir de la idea de
que la escuela es el lugar para aprender. Aprender haciendo. Hacer pero con
sentido. Ésta es la finalidad y, para hacer con sentido es preciso dar tiempo a
las personas a los aprendizajes y, reivindicar la calidad de lo que acontece en
el aula y en la escuela. Nosotros, los “enseñantes”, no podemos separar el
hecho de aprender del hacer. Se aprende con el cerebro, con las manos, con
todos los sentidos, con el corazón y, además, aprendemos todos juntos, no “por
separado”, fomentando el aprendizaje cooperativo y evitando la subdivisión de
áreas. Los conocimientos no son el contenido de un aprendizaje que hay que
trasvasar a otro recipiente. No es algo susceptible de ser depositado y
etiquetarlo en un sitio y listos, sino que debe ser reelaborado de forma
crítica para convertirse en un instrumento de formación y no sólo de
información.
Cada día en nuestra escuela hay un concretado de
experiencias. Cada día es una aventura que puede ser vivida como si fuese un
viaje, un libro que empezar a escribir, un sueño que colorear. Debemos tener en
mente que la educación es un proceso dinámico que, a partir de un motivo
anecdótico, la realidad, nos lleve al conocimiento.
Es aquí, cuando nos planteamos cambiar la escuela pero, un
muro de preguntas frenan nuestra iniciativa, ilusión… ¿Nos lo permite la ley?
¿Estamos preparados? ¿Sabemos hacerlo de manera diferente? ¿Y si fallamos?
¿Cuál es nuestro proyecto? PROYECTO. Palabra que tiene atemorizado a un alto
porcentaje de enseñantes. ¿Qué es trabajar por proyectos? Trabajar por
proyectos adecúa la enseñanza a una sociedad en la que la información resulta
tan extensa como difícil de manejar. Esta nueva forma de trabajar permite
abordar el curriculum en función de temáticas relevantes en lugar de materias o
asignaturas fragmentadas. ¿Quién sale a la calle y se encuentra todo organizado
por categorías? ¿Quién se ha encontrado alguna vez en la situación de tener que
realizar una gestión donde sólo se vea implicada un área? Hay que luchar contra
la práctica hegemónica basada en la dosificación de un libro de texto a tanto
por hora. La subdivisión de áreas conlleva a una proliferación de cuadernos,
generando a su vez unos efectos colaterales como: dificultad para organizarse y
tener un método de estudio eficaz; una compartimentación de saberes y
conocimientos; y un caos en la administración de los horarios en alumnos y
enseñantes que nos conduce al estrés, frustración. Conclusión: Obstinación didáctica.
Nosotros en nuestra escuela seguimos un proyecto
interdisciplinario, ya que permite la realización de actividades tipo
lingüístico, lógico-matemático, geométrico, pictórico. Los resultados están
totalmente satisfactorios.
Trabajar por proyectos supera el aprendizaje entendido como
una acumulación memorística de datos, de contenidos cerrados, definitidos y
limitados a una página en un tiempo irreal. Como dice María Acaso, es un
aprendizaje “vomitivo” porque una vez ingerido, es expulsado sin ser retenido,
aprendido.
Anteriormente, mencioné que la escuela es la suma de juego
+ estudio + trabajo manual. Según Gianfranco Zavalloni en su libro “La
pedagogía del caracol”, esto es así porque: el juego, equivale al placer. Un
instrumento ideal para aprender y respetar las normas, para madurar en las
relaciones sociales. El estudio, equivale al compromiso. El leer, escribir,
contar… es decir, los componentes culturales de la simbolización y de la
comunicación. Y, el trabajo manual, las competencias. Es la forma de educar el
cuerpo para utilizarlo en todos los sentidos y, para aprender a vivir en el
mundo con responsabiliad.
Estas tres experiencias JUNTAS llevan a un aprendizaje
significativo. A trabajar por proyectos.
¿CÓMO?
Para
que un proyecto resulte verdaderamente educativo, deberá ser interesante para
el alumnado y, las actividades que se emprendan, deben tener un valor
intrínseco y no simples ocupaciones rutinarias.
PLANIFICAMOS
La complejidad que supone seguir esta dinámica de esta
índole necesita un trabajo compartido. Al imprescindible. Participar en un
proyecto fomenta la relación entre enseñantes. Son muchas las decisiones que se
tienen que tomar. Materias que considerar. Por eso es fundamental una buena
coordinación con el nivel, una declaración de intenciones donde exista una meta
o producto final. Es necesario una implicación de las familias , un trabajo
pleno con alumnos e informar a la inspección. Cuanto mayor es la sintonía, de
más alcance serán los aprendizajes.
EMPEZAMOS
A partir de ahora iré mostrando como se trabaja por proyectos en "El aula de la Ratita". Planes de trabajo, búsqueda de información, investigaciones, exposiciones...
LAS PUERTAS DEL AULA ESTÁN SIEMPRE ABIERTAS. ¡BIENVENIDOS!
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