CULPA



Culpa. Esta emoción ha causado mucha sensación en el aula. 

Siguiendo la rutina del proyecto, la culpa ha sonado así . Es una pieza musical de Ólafur Arnalds, "Near lights". Produjo un sentimiento en los niños que hasta ahora no había podido ver.

El sentimiento de culpa es considerado como una emoción negativa. Lo cierto es que es necesaria para la correcta adaptación de nuestro entorno. 

La culpabilidad, surge ante una falta que hemos cometido (o al menos eso creemos). Su función es hacernos conscientes de algo que hemos hecho mal para facilitar los intentos de reparación. 

Su origen tiene que ver con el desarrollo de la conciencia moral, que se inicia en nuestra infancia y que se ve influida por nuestras diferencias individuales y las pautas educativas.

El sentimiento de culpa tiene unas características definibles:
1. Es un sentimiento aprendido: no nacemos sintiéndonos culpables sino que aprendemos cómo y cuándo experimentar la culpa.
2. Es un sentimiento social: tiene en cuenta a los demás y es de ellos de quienes la aprendemos.
3. Es una emoción de control: de hecho es la emoción de control por excelencia. A través de la culpa, conseguimos regular la conducta de los demás y los demás condicionan nuestra propia manera de actuar.
4. Es inmovilizadora: la culpa nos ancla al pasado.
5. Es un sentimiento complejo: está formada por diferentes emociones básicas (detrás de la culpa podrían estar la tristeza y la rabia y tiene un componente complejo. 

Las opiniones sobre la ilustración y la música, han sido de lo más interesantes:

- Jesús: "Tristeza. Por la música.
- Rubén: "Las olas se han tragado la bola que tenía el barco, se ha enganchado y se ha hundido".
- Alejandro Moreno: "Tristeza. Porque es como si alguien estuviese manejando el barco y tiene un peso. Con las olas se hunde".
- Iván: "Dolor. Porque el barco no tenía escapatoria. Porque, o seguía hacia adelante y se lo tragaban las olas o, se hundía",
- Miguel: "Culpa. Porque cuando están construyendo el barco de papel, el que maneja el barco parece que supiese que llevaba un ancla que pesaba mucho, al hundirse, dijo: "ahora ellos tienen la culpa, porque yo muero y ellos van a vivir".
- Rocío: "Pena. Porque es como si el barco estuviera tan tranquilo y, de repente, hay una tormenta y se lo traga el mar. Además, la música me ha parecido triste".
- Gonzalo: "Siento miedo. Porque cuando estás en un barco así, medio roto, hundiéndose entre las olas, hasta los marineros tienen miedo. La música me recuerda a una película que se titula "Marineros" en la que los alemanes luchan contra los ingleses. Es como si otro barco les hubiese tirado a propósito el ancla para que se hundiese".
- Elena: "Tristeza. La música es triste, flojita y, la ilustración me ha dado tristeza, por el ancla, porque se podía hundir".
- Daniela: "Culpa. Dos niños están jugando con los barcos y uno se lo tira al otro. El niño siente culpa porque el barco tiene un ancla y se puede hundir".
- Alba. "Miedo. Porque había muchas olas y el barco parecía que se iba a hundir. Pero la música me ha sonado a tristeza. Entonces...".
- Rodrigo: "Tristeza. Es como si un niño estuviese jugando con un barco. Construye un ancla para el campeonato que hay de barcos en un charco. Uno de los niños le pone a otro el ancla que ha construido para poder ganar él. El barco del otro niño se hunde por culta del otro y entonces, se pone triste".


El segundo día, dimos la solución: CULPA. Todos nos hemos sentido culpable alguna vez.

- "Mi hermano y yo estábamos viendo los dibujos, yo perdí un juego y me enfadé. Subí a mi habitación y mi hermano me siguió. Casi se cae por las escaleras por mi culpa". (Alba)
- "Yo estaba jugando con las cosas de mi hermano y me escondí para que no me viese. En mi habitación pensé que no debí haberlo hecho". (Ana)
- "Cuando Daniela y yo nos enfadamos, cada una se va para un lado. Pienso que las dos tenemos la culpa por habernos enfadado". (Paula)
- "Yo, cuando juego con la canasta de mi hermano y él juega con mi patinete, a veces se lo quito para jugar yo y él, se queda triste". (Daniela
- "Yo a veces hacía los deberes por la tarde. Un día el cuaderno se me olvidó en clase y le eché la culpa a todos. Me fui a la cama y, al despertar, me sentí mejor. La culpa no era de nadie, era mía". (Gonzalo)
- "He sentido culpa. Hace tiempo invité a un amigo a casa a jugar. Mi hermana y él estuvieron jugando todo el tiempo y a mí no me dejaban. Me enfadé tanto... Al final me sentí culpable". (Alberto)
- "Mi hermana y yo estábamos jugando. Yo cogí el juego de las cabalgatas de los Reyes Magos. Mi hermana me lo quería quitar pero... lo escondí. Ella, me estaba espiando. Cuando me fui, lo cogió. Al día siguiente, miré y el juguete no estaba. Lo había cogido y lo había roto. Me echo la culpa a mí de hacerlo". (Rodrigo)
- "Ayer, cuando iba a venir al cole, me enfadé con papá porque mi hermano no quería darle un beso y yo tampoco quise. Y, ayer por la noche, antes de irse, yo quería darle el beso, pero se enfadó conmigo porque tardé en cenar y él tenía que irse. Me sentí culpable". (Miguel)
- " Ayer, cuando estaba jugando al fútbol, Ale le dio una patada al balón y cayó en un tejado. Me sentí culpable por haber traído el balón". (Iván)
- "Yo le quité a mi hermano un cómic. El se vengó de mi desinstalando algo del móvil de mi padre y me echó las culpas a mí. (Álvaro Martínez)
- "Mi madre nos dijo que era tarde para ir a dormir. Me dio un beso de buenas noches preocupada. Yo no me quedé tranquila y no quise apagar la luz. Mi madre, se dio cuenta y me pregunto: -¿Ana, por qué tienes la luz encendida? Le expliqué qué me pasaba y entonces, ella me dio un beso tierno, sin preocupación. (Ana)

Liberarnos de la culpa es aprender a aceptarnos tal y como somos. Cuando somos capaces de ver, aceptar y perdonar lo que menos brilla de nosotros mismos, nos damos la oportunidad de conectar con nuestro bienestar. Perdonarnos significa aceptar que no somos perfectos, que estamos en un camino de aprendizaje llamado "vida" y que el único error que existe es no aprender de los errores.




"La culpa, querido Brutus, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos que consentimos en ser inferiores"
(William Shakesperare)







Fuente: Psicología Viva.




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